Tras una noche sin pegar ojo, el heredero real llama desde su trono, ¡Bob! ¡Bob! ¡Papá! ¡Mamá!, quicir, son ya las siete y veinte, va siendo hora de que me pongais Bob Esponja en la tele. Y pese a tener unos dibujos cutrisimos con las voces de los Simpsons porque Robert no empieza hasta las ocho y cuarto o así­, y al tipo este dando saltos en la cama casi una hora, me las arreglo para que se me pase el aviso del despertador y tenga que salir pitando para el curro.

En el trabajo, una conocida marca de productos informaticos de la que solo diré que es DELL, y no daré más pistas, me hacen llamarlos siete veces siete, para comprarles un disco duro con formato propietario. Joder, menos mal que les llamo para pagar yo, que si fuera para cobrarles algo...

Una vergüenza, al menos tienen la decencia de en, la septima y última, decirme, señor Saiyine, veo en el ordenador que ha llamado cuatro veces hoy, perdone las disculpas, mucha carga de trabajo, ataques extraterrestres, un nuevo vater de oro y brillantes para Michael Dell, y tal. Y le digo, vale, muy bien, pero mejorad el programa que han sido siete llamadas, copón.

Vuelvo a casa a comer, y por la tarde, cuando salgo otra vez, como vivo temporalmente en una aldea de tarados, voy en el coche y pienso, hoy me la voy a jugar, y cuando salga de la calle que tiene la señal de tráfico "con lluvia no pasar" (no es coña) en vez de echar como siempre por la calle sin asfaltar, voy a intentar ir por la asfaltada que tiene un ceda el paso.

Muy sorprendentemente, una tipa se lo salta y tengo que tirar de ABS para evitar el castañazo, que menos mal que ya sabia que se lo iban a saltar seguro, que si me pilla despistado nos la pegamos, y se da la tronchante situación de que tengo que aguantar que me diga de todo una estereotipa de conductora, mientras, como se ha saltado un ceda el paso, tiene, desde mi linea de vision, la señal simplemente un par de grados por encima del cabezón y la pintada en el suelo otros pocos por debajo, aunque claro, estamos tan cerca que esa no la puedo ver.

Vuelvo a casa por la noche reventado de dar el callo por dinero, paso a echar gasogeno, y recordad las palabras clave, aldea y tarados, ¡me apercibo de que practicamente todos los conductores a mi alrededor están repostando fumando!

Y así­ transcurren mis dias, esto os pasa por preguntar.