Muchas lunas, no literalmente, han pasado desde mi ultimo comunicado. Muchas pequeñas razones me han llevado a este silencio, como pequeñas agresiones de Costinha del dia a dia, aunque puede que haya sido porque no tenia ganas de escribir nada...

¡Pero hoy tengo grandes novedades!

Para empezar, debo informaros, y os informo, de que este bendito viernes abandoné para siempre el piso compartido donde por el dia aguantaba a una pareja de catetos que solo sabian hablar a gritos y por la noche... tambien. Coñazo daban los angelitos.

No fue fácil irme. Fue incluso más dificil que escribir este rollo en el bloc de notas y enviarlo a la página con el bluetooth del movil, por razones que en breve os contaré, pero no es que me diera pena precisamente, sino que la casera, o Tia Trolera y Ratera, como le gustaba que le llamasen, el dia que habiamos quedado para devolverme la fianza, se habia largado a mil jodidas millas.

Tras mucho discutir, conseguí­ que me enviara a un sicario a lo Dr Maligno con mi dulce, dulce, dinero, y asunto resuelto. ¡Hasta nunca, piso compartido con paletos super guarros y ruidosos!

¡Hola, piso entero para mi, mi señora y visitas que espero que nunca se produzcan!

El piso, al que desde ahora llamaremos parte contratante, o SaiCueva, tiene de todo: no garrulos gritones, no garrulos que llenaban el fregadero de la cocina de cubiertos usados y los dejaban hasta una semana, no garrulos fumadores en un piso de no fumadores y no garrulos que metian mierdas en mi sección del frigo. Un piso muy completo: tambien tiene piscinaca y una cueva enorme llena de murcielagos donde aparcar el SaiMovil.

Lo que el piso no tiene son minucias como muebles o internet, ni mi sentido aracnido ha detectado vecinillas de buen ver, pero todo se comprará, robará y/o espiará.

Y no me enrollo mucho más, que es casi la una de la mañana y tengo un vuelo a Londres en cinco horas. ¡El Sai viaja a la Pérfida Albión! Prometo hacer lo que este en mi mano para devolver la afrenta de la Armada Invencible. Y visitar algún Burger y maldecir esas patatas con mantequilla, o lo que sea que le echen a las patatas fritas esos malditos hijos de la Gran Bretaña.