Avante toda
2006-08-25 23:49:00
Si el otro dia os contaba la historia de como la pequeña Heidi creció y se convirtió... en un hombre, y que por algún cortocircuito universal estaba ganandome la vida como el señorito de la gran ciudad que soy, en un puesto de alta responsabilidad del que practicamente dependen vuestras vidas, hoy os voy a relatar una consecuencia lógica de este asunto: me he comprado un coche.
Es un BMW 118d, tambien conocido como el Canyonero europeo, el Cadillac de los coches. Acelera de 0 a 100 en -1 segundos, parece ser que alcanza la velocidad de la luz con bajo consumo y tiene un maletero que ni yo mismo podria llenar de trastos informaticos, raquetas viejas y apuntes de todo tipo.
O eso se supone, porque lleva en el concesionario casi dos semanas esperandome, mientras yo hago los interminables papeleos. Hoy ha tocado pagar impuestos, toda una aventura si tienes horario de mañanas en el trabajo: he estado casi tres horas, me he recorrido dos aparcamientos (pagando), he estado en cuatro bancos, sacando dinero e intentando pagar en otros (benditos horarios de ventanilla de los bancos) y he hecho cola en cuatro oficinas del ayuntamiento/comunidad/hacienda... y solo he podido pagar una de las tres cosas, impuestos, tributaciones o como leche se llamen.
El SaiConsejo del dia: manteneos todo lo alejados que podais de bancos y similares. Ahora que he pedido un credito, no me sorprende que haya tal proliferación de prestamistas en la tele e internet. ¡Que estafa! Los usureros del banco me hacen pagarles medio millón por prestarme tres... lo que no saben es que en cuanto tenga el coche bajo mis posaderas, pienso llenar el deposito del carburante para los motores de Rudolph Diesel (algún dia os contaré la tronchante historia al respecto de la mentira del gasoil, si no me cogen antes los hombres de negro) y salir pitando hasta el infinito y más allá, a ser posible a alguna tierra extraña que haya pelirrojas en abundancia y se hable algún dialecto de entre los escasos que guardo en mi memoria.
Y lo de los impuestos tiene guasa. Hago cola pacientemente para que resulte que no, que desde el 2005 eso ya no se hace en Hacienda, que hay que hacerlo por la cosa esa del Internet, me dice la amable señora de la ventanilla. ¿Tienes ordenador? me dice. Si, señora. Pues toma esta hojita y te vas a tu casa y ya verás que fácil se hace por la página web. Para reirse... si tuviera gracia, porque para poder hacer las cosas por internet, tienes que ir primero a Hacienda a que te validen el código que te dan en la página del fisco, que encima es una especie de ActiveX/plugin del internet explorer que como formatees la has cagado.
Hartico me tienen.
Termino el cuento de hoy con unas bellisimas instantaneas tomadas con mi movil, a una pasmosa resolución de medio megapixel. Y es que hay mucho abrazafarolas y correveydile que insinuan que Nos exageramos un tanto asi cuando hablamos de mi mesa de trabajo, porque piensan que en realidad paso las horas aporreando el teclado de un Spectrum de octava mano, cuando lo cierto es que mis empleadores me tienen como un rey trasteando todo tipo de cacharrillos... y para muestra, unos botones:
Juro sobre la calavera de HomerJ que es mi mesa de verdad y que en absoluto me he dedicado a robar pedir prestado de las mesas de mis compañeros.